El iPod utilizado para leer

Gerardo León
El Universal



El famoso iPod ya no es solamente un aparato para escuchar música, sino que su diseño ha evolucionado para ofrecer nuevos beneficios: algunos guardan y reproducen horas y horas de videos, otros, están dedicados a los fanáticos de la lectura.
Para satisfacerlos, se creó un nuevo dispositivo, desarrollado por el genio de la electrónica Howard Stringer, creativo de la firma Sony.

Estará integrado a estos aparatos y servirá como una especie de lector que podrá guardar en su memoria MP3 un gran número de textos bajados de internet.

Este aparato es ligero y delgado, pero su pantalla es más ancha que la de los iPod normales; gracias a esto, la lectura se facilita.

Lo que a muchos aficionados a la literatura les entusiasma muchísimo, no es muy bien visto por los editores, ya que esto puede generar un golpe más, tal vez mortal, para sus ventas.

Sin embargo, Sony ha logrado acuerdos con algunas casas editoriales para obtener los derechos de autor de títulos que ya estarán insertados en la memoria de su nuevo lanzamiento.




Idea renovada

El primer proyecto para crear un libro electrónico se puso en marcha hace seis años, pero fracasó pues los diseños eran poco prácticos.

Se trataba de aparatos abultados, con una batería de vida pobre y pantallas nada novedosas, casi como las de una calculadora.

La empresa que produce estos nuevos "tomos virtuales" parece haber evitado muchos de los errores de otros dispositivos portátiles de ayer.

Pero esto no es todo, el lector podrá usar también un programa de juegos que vendrá incluido dentro del aparato, así que, si se cansa de leer, puede despejar la mente un rato.

Todo esto significa que los reproductores de MP3, y otros novedosos dispositivos que saldrán a la venta el próximo año, aumentarán la preocupación de editores y casas productoras de discos.

Este riesgo preocupa a los empresarios editoriales y de música al grado de que surgen las propuestas de bajar sus precios, no ya el 30 por ciento que se planteaban hace unos meses, sino hasta un 50 por ciento, para salvar sus respectivas industrias, consideradas en riesgo desde hace más de una década.

Tomado de:http://estadis.eluniversal.com.mx/articulos/36108.html